Cómo disfrutar de un inolvidable verano en Menorca

El verano ya está aquí y, con él, la posibilidad de ver el mar, bañarse o sencillamente tomar el sol. Es el momento, por lo tanto, de empezar a hacer planes de verano, ya sea en solitario, con nuestra pareja o en familia, pues es la estación ideal para disfrutar de las tan deseadas vacaciones de verano.

Aunque hay muchos destinos posibles, no podemos pasar la oportunidad de hablar del verano en Menorca. Es en esta época cuando las calas que bordean la isla reverberan con el sol, que se proyecta sobre las aguas azul turquesa del Mediterráneo invitando a los visitantes a zambullirse de lleno.

Pero hay muchos más atractivos en el verano de Menorca y merece la pena dar un breve repaso para conocer los más interesantes:

    La costa menorquina

    Como ya hemos dicho, un verano en Menorca no sería lo mismo sin la Cala Macarelleta, la Cala Pregonda, la Cala en Porter y otras playas de ensueño que no vamos a querer abandonar. Algunas son más turísticas y otras tienen el encanto de los parajes vírgenes, pero todas ellas merecen sin duda una visita.

    El frescor de la naturaleza

    Aunque un verano en Menorca es una experiencia muy recomendada, estamos en una época en la que el calor, a ratos, nos puede resultar agobiante. Por eso, dedicar uno o varios días a hacer senderismo por pinares y protegernos bajo la sombra de los árboles puede resultarnos muy agradable. Por ejemplo, podemos visitar el parque natural de s’Albufera des Grau.

    Un paseo urbano

    Si algo complementa muy bien los días de senderismo y playa de un verano en Menorca, es dejarse caer luego por Mahón, la capital, o por la pintoresca Ciutadella, cuyo agradable y costumbrista puerto nos enamorará. No faltan restaurantes, bares y locales en los que tomarse una bebida fría o disfrutar de un helado bien frío.

    La tranquilidad de los pueblos

    Binibeca o Fornells son dos pueblecitos que contrastan con la vida ajetreada y animada de las ciudades. En ellos podremos saber más de la tradición pesquera de la isla, o sencillamente pasear por tranquilas calles empedradas. En verano, la visión de la costa y del horizonte desde estos pueblecitos es todavía más agradable.

En definitiva, un verano en Menorca puede que sea justo lo que necesitamos en los meses estivales, cuando nuestras ganas de vacaciones alcanzan su punto culminante.

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